Conocí a Lucía (yo la llamaba cariñosamente mi GU) cuando vino destinada al SP. OTAN DGAM, y no puedo estar más orgullosa y agradecida por haber formado parte de su vida durante unos cuantos años en los que compartimos buenos y malos momentos, confidencias, risas y pequeñas anécdotas.
Destacar su gran calidad humana, su fortaleza, su alegría, siempre de buen humor a pesar de su enfermedad, y sobre todo su bondad, una persona excepcional que siempre, siempre tendrá un rinconcito en mi corazón.
Y a vosotros os deseo mucha fuerza y ánimo para seguir adelante.
Un beso fuerte.
Ana.