Para mi los rasgos fundamentales de Lucia eran su alegría y su vitalidad. En las reuniones de compañeros de la escuela se convertía, casi sin querer, en el centro de la reunión, y Javier, en un segundo plano, sonriendo, solo con ojos para ella.
Mas tarde, con la enfermedad dando ya la lata, el brillo de sus ojos y su sonrisa aparecían para agradecer un buen momento.