Nos veíamos en Sóller durante varios años. Y en un viaje que hicimos a Praga, ZAS! en el pasillo del hotel, nos encontramos. No lo podíamos creer, fue motivo de una gran alegría para los cuatro, una buena cantidad de risas, una función en la Ópera extraordinaria y una magnífica velada. Allá donde esté será querida por su SIMPATIA Y AMABILIDAD.